Hay dos grandes obras de la pintura italiana del Renacimiento que, de joven, me tenían especialmente obsesionado por su composición y por su fuerte carga simbólica, más allá del contenido explícito; un contenido que remite, respectivamente, a dos mitos paralelos de la religión cristiana y del paganismo grecorromano. Las obras son la Anunciación de Leonardo y la Dánae de Antonio da Correggio, de hecho dos visiones de un mismo fenómeno, que podríamos calificar como “la manifestación divina engendradora”.
A partir de la Anunciación de Leonardo pinté en 1979 el óleo que titulo El mensajero, que ahora he traducido al formato digital con algunos retoques, y del que también he realizado una segunda versión actualizada y suavizada en algunos aspectos que se podrían considerar demasiado obvios. [Clic en las imágenes para ampliarlas.]
Posteriormente pinté la Dánae, de la que ofrezco también, en el apunte siguiente, la versión original de 1981 y una revisión actual.