Por el lado superior derecho de He espiado el espacio, la obra con la que retomé mi abandonada afición pictórica en otoño de 2016, apareció una especie de ente o máquina voladora de la que me enamoré, y que buscó por sus propios medios pervivencia y diversificación en una obra siguiente mía, este Encuentro que presento aquí. La cosa volaba por el espacio y se topó con otra cosa que también volaba por el espacio, y se saludaron como dos bestezuelas galácticas amables, tal es el sencillo argumento del cuadro.